Madrid Gastro
La Nueva Movida

Sinopsis

Si en los años 80 la Movida madrileña hizo de Madrid la capital cultural de España, el siglo XXI ha convertido a la ciudad en uno de los destinos gastronómicos más importantes del mundo. La nueva movida madrileña es gastronómica. Desde restaurantes centenarios que han sabido reinventarse para alcanzar el estrellato a cocineros que han creado una cocina propia basada en la casquería, pasando por humildes tabernas de barrio convertidas en barras de culto donde el producto reina en todo su esplendor.
Les contamos la historia de la gastronomía madrileña en lo que va de siglo a través de sus protagonistas.

Y no por el lujo o por la cocina dirigida a unos pocos afortunados, sino porque han coincidido un grupo importante de cocineros que apuestan por una cocina de producto, sin grandes alardes técnicos y con el sabor como gran protagonista. Han sabido encontrar un modelo de negocio donde el placer del comensal se convierte en la prioridad y se hace accesible a un gran número de aficionados al buen comer”.

Extracto de la introducción de Víctor de la Serna – ‘Madrid, de la tasca a la excelencia’:
”En los dieciséis perfiles que en este libro resumen lo que es la buena cocina en el Madrid del 2019, los veteranos encontramos el reflejo de lo que ha sido una evolución, no ya buena, sino inmejorable del panorama de los restaurantes madrileños que empezamos a recorrer y a glosar hace cerca de medio siglo. No son locales de gran lujo, sino casas dedicadas a la cocina de verdad, con raíces pero también con retoños: la cocina no es repetición respetuosa de lo mismo de siempre, sino que debe saber crecer sin traicionar sus orígenes…
… En Madrid nos ha ido bien: a partir de aquella cocina de los sabores que hace cuatro decenios empezaban a desarrollar Abraham García o Pitila, la madre de Sacha Hormaechea, hemos crecido mucho más allá de lo que los más optimistas esperábamos.
Y el ver en este elenco los nombres de Sacha o de Fismuler –es decir, de la gloriosa saga de La Ancha–, o de aquella Tasquita de Enfrente que, con Juanjo López Bedmar, pasó al nivel superior, nos confirma que hay un cordón umbilical, un estilo madrileño –no muy influido por aquella cocina ultra-tecnológica y “molecular” de hace tres lustros- que subsiste a lo largo del tiempo y en el que se integran los llegados mucho más recientemente”.